Laurens
narra cómo se fue creando su colección (del modo más legítimo, o sea sin nada
de cálculo comercial) y se detiene en aquellos que considera fueron sus guías
en el surrealismo: Jack van der Meulen, Édouard Jaguer y Mário Cesariny (los
dos últimos, por añadidura, dos buenos amigos míos).
Su fino
trabajo no sorprende, ya que no se espera otra cosa de él, pero sí el de Saskia
van Kampen-Prein, lleno de sensibilidad y comprensión, con verdadera
documentación sobre lo que habla y comentando iluminadoramente cada una de las
obras reproducidas, ya que no solo se encarga de la introducción sino del
catálogo. En este, las figuras individualizadas son Theo van Baaren, el belga Jacques
Lacomblez, Willem van Leusden, Rik Lina, J. H. Moesman, Jaap Mooy, Jörg Remé,
Jan Schlechter Duvall, Kristians Tonny, Her de Vries y Philip West (este último
por ser uno de los participantes en la exposición de Amsterdam en 1977). Las
semblanzas de Tonny y Schlechter Duvall son soberbias.
Esta es una
de las grandes publicaciones sobre el surrealismo aparecidas a lo largo de este
año próximo ya a la defunción.
Willem van Leusden, Alquimia de la pasión |