Esta pintura la hizo Yves Tanguy en los años 1925 y 1926, cuando vivía en el legendario número 54 de la Rue du Château, con Marcel Duhamel, Jacques Prévert y sus amigas. Allí, donde acudían Desnos, Malkine, Péret, Aragon, Breton, etc., nació el cadáver exquisito y allí nació la "dimensión popular" del surrealismo, ya que era allí donde se exacerbaba el gusto por los seriales americanos, la música de jazz, los folletines, el music hall... y la saga de Fantomas. O sea todo lo que, con raíz popular, le daba una patada en el trasero a la verosimilitud.
No seguiría Yves Tanguy el camino de cuadros como este, y afortunadamente, ya que una empresa mayor le estaba reservada al "pintor surrealista por excelencia", que es como lo calificó José Pierre. Se trata de un óleo sobre madera con collage de cartón y algodón. Obsérvese la relación que entabla la figura femenina ensangrentada con la de El asesino amenazado de René Magritte (otro gran fantómano), célebre cuadro que Magritte hizo precisamete en 1926 y que conservó consigo durante toda la vida.
Y ya que estamos con Tanguy, ¿por qué no recordar este admirable retrato poético que le hizo Benjamin Péret en 1935?